domingo, 19 de mayo de 2013

Sweet sweet surrender

Mis miradas fingen no tener orgasmos cada vez que te paseas por ellas, mis labios hablan todo lo que mi boca tartamudea. Flirteaba con el dolor punzante de un futuro descabelladamente incierto, y me veía rendida, sola y magullada, ante este pasado cruel invierno.
Me preparé para el más frío sudor, para la fiebre más violenta...
He leído todos esos libros que hablan de amores eternos, de rosas, de besos, de infinita comprensión, de abrazos sin final, de amor, de amar, y qué más da. No creía en nada de eso, ni creo, porque ninguno de esos escritores te ha conocido. No pueden describirlo. No conocen esos labios, ni el idioma de tus miradas, no entienden el calor que me regalas, ni los escalofríos de tus palabras, ni tu voz acariciando la oscuridad para explicarme que me amas.
Y sigo llorando por los trozos de alma que he perdido por este pedregoso camino, sangrando sin cesar a cada paso, y siento si te resulta que sufro por cada minuto que soy feliz. Me declaro enteramente culpable. Me condenas a sonreír.

1 comentario:

Anónimo dijo...

esto carne de besos, para abrazarte y no dejar que te escapes nunca, sólo una niña tan preciosa puede escribir algo tan precioso